Capítulo 30

Isaura se encuentra con su padre quien le dice que si no logra comprarla al Comendador deberán huir bien lejos. Isaura considera esa posibilidad si la cosa se le complica más.Malvina no para de llorar. Leoncio intenta convencerla de que mal interpretó lo que vio en la cocina. Al día siguiente llega el Comendador Almeida visiblemente decaído en su enfermedad. Escupe sangre. Tomasia da gritos de euforia cuando repasan los últimos detalles con Bernardo y Gabriel. Malvina no se olvidó de lo que vio y como Leoncio sigue dandole excusas poco creíbles va a la cocina y encara a Rosa quien le da una versión completamente distinta de la de Leoncio. LLena de ira Malvina la manda al tronco. Rosa es castigada bajo el látigo del señor Chico en presencia de Isaura, Malvina, Belchior. Leoncio cuenta los latigazos. Rosa grita de dolor y Leoncio enervado le quita el látigo a Chico y le propina él mismo el castigo disfrutándolo sin ningún disimulo. Isaura grita al ver a Rosa desmayarse pero Malvina no quiere que le presten ninguna atención. Bernardo y Gabriel ya han juntado todo un costal lleno de la plaga. Más tarde, Belchior le pide a Malvina la mano de Rosa. Leoncio se carcajea pero Malvina no accede porque quiere a Rosa lejos de la hacienda y a Belchior en su puesto de jardinero. Por la noche, el señor Chico le cuenta a Leoncio que los peones vieron movimientos extraños en la cosecha del café y sugiere largar los perros pero Leoncio pide que busquen hombres armados para soprender a los intrusos y matarlos.