Leoncio le dejó muy claro a Isaura y a Belchior que aquel casamiento era un farsa para conformar a Malvina y mantener a Isaura cerca de él. Belchior empezó de nuevo con la cantaleta de que Isaura iba a ser su esposita que lo iba a esperar con la comida en la casita blanca provocando la ira de Leoncio que culminó en un fuerte golpe de puño hacia jardinero.
Pobre Henrique. Está que trepa las paredes de la impotencia. Hasta le pidió ayuda a Flor de Lis para trazar un plan para secuestrar a Isaura pero la florecita se opuso ya que considera a Isaura una rival.
Geraldo acompañó a Alvaro a recostarse en el cuarto de huéspedes para tener un poco de fuerzas y pensar que hará para impedir esa boda. Ni bien quedó a solas con Tomasia, a Gioconda le dio un ataque de abanico de solo pensar en que puede contagiarse de fiebre amarilla y mandó a separar cubiertos y otras medidas para evitar el contagio.
Rosa le dio un terrible susto al vestirse con las ropas de la finada suegra del Cnel Sebastián para poder ir a la boda de Isaura. Al principio el Cnel se negó pero Rosa empezó con toda esa historia de que siempre fue sufrida, que Isaura siempre tuvo todo y ella nada...al final, su padre se conmueve y le da permiso.
Al fin el maldito mandó a Chico le quitara la cuellera de hierro bajo las amenazas de siempre. Miguel regresó para ver a Isaura y el Sr Chico empezó a largar una serie de bromas malditas al decir que Isaura tendrá muchos niños con la boca podrida y con jorobas.
Malvina apareció y le dijo al Sr Miguel que le había mandado a hacer un hermoso vestido para Isaura y que le obsequió una joya fina para la boda y dijo además, que gracias a ella Isaura ya no tenía la cuellera de hierro porque si fuera por Leoncio, la mandaba a casarse con la cuellera puesta.
Malvina le pide a Isaura que lleve a su padre a ver el vestido y la joya y le pidió a Leoncio que la acompañera a su cuarto para hablar con él.
Isaura subió y le enseñó el traje de bodas sumida en la más completa tristeza. Belchior se asomó y cuando vio el vestido empezó a dar gritos de lamentos diciendo que la mala suerte caerá sobre él ya que por tradición, el novio no puede ver el traje de la novia
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