Capitulo 135

La noche festiva sigue. Isaura dijo que va a pernotar en la hacienda puesto que allí tiene toda su ropa. Álvaro irá a casa de la Condesa tranquilo porque Magué y sus hombres estarán alertas al igual que el resto de los libertos. La felicidad los embarga cuando piensan que en la proximidad de su boda.
Al final Blanca se quedó llorando a mares en la pensión, con la idea fija de que Álvaro sea suyo o que sobrevenga la muerte para ella de no conseguirlo.

Malvina aún no acepta el amor de Geraldo pero dejará que sus versos sean como un faro que le alumbre el camino a seguir.
Al fin la fiesta terminó. Isaura está muy fatigada con tantas emociones y ha dispuesto la ubicación de los cuartos. Su padre dormirá en el antiguo cuarto del Sr Leoncio y ella en el que era de su madrina, doña Gertrudes pero Miguel terminó convenciendola de que sea ella quien duerma en el mejor cuarto: el de Leoncio.
En el burdel, el Sargento Aluisio le confesó a Flor de Liz que la amaba, dejando a la florecita radiante.
El Dr Diego no soportó más y se arriesgó al ir a visitar a Helena. Al verlos prodigandose mil cariños, el Cnel Sebastián se arrepintió una y otra vez de no haber aceptado al doctorcito como yerno. Rosa no para de desearle el mal a Isaura a tal punto que André le pierde la paciencia.
En el desayuno, Isaura le contó a Miguel que tuvo una fea pesadilla con Leoncio. Isaura ha cambiado su peinado. Ahora luce su cabello rizado y largo con una trenza alrededor de su cabeza.
Leoncio se quiso pasar de listo intentando irse sin pagar el servicio de Serafina pero todas las florecitas sacaron sus dagas dispuestas a atacarlo a la orden de la dueña del burdel. Asustado, Leoncio accedió a pagar los 50 reales y juró que nunca más volvería a esa pocilga.
Isaura invitó a desayunar en la misma mesa a Rosa, André, Joao y Belchior quedando todos felices, hasta Rosa que áun sigue con las ironías.



La historia sigue sin avanzar. Solo escenas amenas sin ninguna importancia